Azulejos para cocinas blancas: últimas tendencias

Elegir azulejos para cocinas blancas es clave para conseguir un diseño único y personal, ya que la versatilidad de este color nos permite crear un espacio elegante y original. ¿Quieres conseguir un espacio ideal donde pasarás horas cocinando y disfrutando platos exquisitos? En este artículo, te daremos ideas sobre cómo combinar azulejos para cocinas blancas modernas.

Tipos de cocinas blancas

A la hora de diseñar una cocina, el blanco es uno de los colores más elegidos porque aporta amplitud y luminosidad, y también porque encaja con cualquier estilo. Una cocina blanca puede ser minimalista, moderna, rústica… las posibilidades son infinitas porque partes de una base muy versátil.

Cocinas blancas pequeñas

Una cocina blanca pequeña puede ser igual de funcional que una más grande, y con un poco de organización, podrás tener espacio para todo. Sin duda, el color blanco en este caso es tu aliado. La capacidad de reflejar la luz que tienen los azulejos claros, ya sean como pavimento o revestimiento, hace que cualquier espacio parezca más grande.  

Cocinas blancas modernas

Las cocinas modernas blancas nunca pasan de moda. Aunque las tendencias cambien, el color blanco siempre estará presente gracias a su aspecto limpio y minimalista. Tener este color de base te permite combinarlo con algunos objetos metalizados, como por ejemplo una encimera de acero inoxidable, para conseguir un estilo moderno.

Cocinas nórdicas

El blanco es un color fundamental en el estilo nórdico, que se caracteriza por una decoración cálida, por la sencillez y la luminosidad. Las cocinas nórdicas crean un espacio perfecto en el que se desprende una sensación de hogar inigualable. Todo ello gracias a la combinación de las baldosas blancas con materiales naturales como la madera o textiles, como el algodón o el lino.

 Cocinas blancas rústicas

El blanco puede ser también la tonalidad predominante en una cocina de estilo rústico. Si optamos por este color en frentes, puertas y otros elementos de mobiliario podemos combinarlo con texturas orgánicas que aporten calidez. Los pavimentos porcelánicos efecto barro o madera son una opción idónea para actualizar el estilo rústico también en cocinas.

Qué azulejos poner en una cocina blanca

Como hemos visto, los azulejos son los mejores aliados para lograr un espacio óptimo y bonito con el blanco como protagonista. Eso sí, hay una serie de características indispensables que deben reunir las baldosas para tener cabida en este espacio:

• Los azulejos brillantes tienen la capacidad de reflejar la luz y dar mayor sensación de amplitud, por lo que son la mejor opción para cocinas pequeñas. Por su parte, los acabados en mate ofrecen un aspecto más contemporáneo y aportan mayor serenidad y naturalidad a la estancia.
• Tamaño. Elegir el formato del azulejo en función del tamaño de la cocina es fundamental. Los azulejos de gran formato para cocinas blancas aportan la sensación de continuidad visual, ayudan a crear espacios más luminosos e higiénicos.
• El suelo porcelánico destaca por su elevada resistencia a los cambios de temperatura y a los golpes. Además, destacan por su bajo mantenimiento y facilidad de limpieza, cualidades idóneas en un espacio donde las manchas son habituales.
• Los azulejos porcelánicos para cocinas modernas ofrecen un extra de confianza. La resistencia al deslizamiento es necesaria en las cocinas, crean un entorno seguro sin que su diseño se vea alterado.

Suelos porcelánicos para cocinas blancas

En definitiva, los azulejos porcelánicos para cocinas blancas cumplen todos los requisitos para lograr un espacio seguro y funcional. Además, con la variedad de estilos y colores que ofrecemos desde Aparici, podrás elegir entre múltiples opciones:

Azulejos blancos para un look total

Si optamos por azulejos blancos para cocinas del mismo color conseguiremos agrandar el espacio, un efecto muy interesante especialmente en cocinas pequeñas. La tendencia monocolor permite ceder el protagonismo a otros elementos como los electrodomésticos o la encimera. Aun así, los azulejos blancos pueden aportar personalidad en función del acabado y del aspecto.

Cocinas blancas con azulejos efecto madera 

Una cocina blanca de estilo rústico o nórdico es fácil de conseguir gracias al porcelánico efecto madera. Este material es capaz de trasladar la calidez y el aprecio por lo artesanal gracias a su cuidado diseño. En Aparici cuentas con una variedad cromática más amplia, como el Rafter en color beige, que permite innovar y darle un aspecto nuevo al estilo rústico más tradicional.

Cocinas blancas con baldosas hidráulicas

El pavimento tipo hidráulico para cocinas blancas tiene personalidad, originalidad y encanto vintage. La variedad de diseños aportan dinamismo y autenticidad. Combinar muebles y encimeras blancas con azulejos hidráulicos crea un contraste único gracias a su poder decorativo al tiempo que permite destacar la superficie a través de sus mosaicos y patrones.

Cocinas blancas con suelos grises

Los pavimentos en tonos grises son uno de los complementos más actuales en cocinas blancas. Gracias a la variedad de aspectos del porcelánico podemos lograr resultados de lo más variado. Por ejemplo, utilizar azulejos imitación piedra en tonos grises te permitirá crear una estética de cocina tradicional a la vez que dará un aspecto moderno y elegante. Si quieres reforzar el estilo natural, combínalos con otras texturas naturales como la madera.

Por el contrario, si buscas un look más contemporáneo, una de las mejores opciones son nuestros azulejos efecto cemento. Son elegantes y, en combinación con el blanco, transmiten una sensación de modernidad nada más entrar en la cocina.

Otras aplicaciones de los azulejos para la cocina

La funcionalidad de la cerámica para proteger de golpes o manchas permite que su uso no se limite solo a suelos, sino también como revestimiento de pared. Con los revestimientos cerámicos blancos o en tonos claros, las cocinas pueden parecer más amplias, ganar volumen e incluso riqueza visual gracias a sus texturas, relieves y decoraciones.

Es más, sus posibilidades no se quedan ahí. La cerámica ha pasado a ser también un elemento decorativo porque sus prestaciones permiten que su aplicación sea óptima en cualquier lugar. Por ejemplo, en el salpicadero el porcelánico protege la superficie de las salpicaduras de agua y suciedad propias del ambiente, además de otorgar carácter.